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La diarrea es el aumento de la materia fecal, aumento en el numero de las deposiciones (mas de cinco veces en 24 horas) y cambios en la consistencia (son deposiciones blandas).
El deseo de evacuar, a menudo incontrolable, suele ser el único o principal problema, acompañado frecuentemente de cólicos y, dependiendo de la etiología, puede acompañarse de moco, pus o sangre en las heces; conlleva una baja absorción de líquidos y nutrientes, pudiendo estar acompañada de dolor, fiebre, náuseas, vómito, debilidad, malabsorción o pérdida del apetito.
Según su duración se clasifica en aguda y crónica. La primera se caracteriza por ser de corta duración, no más de 48 horas; su origen es infeccioso o por intoxicaciones alimentarias; y la principal complicación es la deshidratación que puede provocar.
Todo acerca del síndrome diarréico 1La diarrea crónica presenta una duración mas prolongada, con deposiciones liquidas o semilíquidas, de hasta 5 o 7 veces por día; y las principales consecuencias que conlleva son la deshidratación, la perdida de peso y la desnutrición.
En adultos generalmente es leve y desaparece de manera rápida sin complicaciones, mientras que en bebés y niños (especialmente menores de 3 años), la diarrea puede causar deshidratación peligrosa muy rápidamente.
La presencia de ésta condición puede ser un síntoma de una lesión, de una enfermedad (como celiaquía, enfermedad inflamatoria intestinal, síndrome de intestino irritable, síndrome de malabsorción), de una alergia, de la intolerancia a ciertos alimentos, por infecciones virales o por enfermedades producidas por  alimentos.
Otras causas son la ansiedad, las situaciones de estrés, algunos medicamentos (como laxantes, antibióticos, antiácidos que contengan magnesio) y la diarrea del viajero.
Para el tratamiento de la diarrea se utiliza la dieta astringente, manteniendo un reposo intestinas en las primeras 24 horas, y la introducción de los alimentos se realizará paulatinamente, según la tolerancia del paciente. Además, se tendrá en cuenta la rehidratación oral, para reponer la pérdida de líquidos y electrolitos (como sodio y potasio), fundamentalmente.
Este tipo de dieta se basa en el consumo de agua sin gas, infusiones claras, caldos de frutas, caldos de verduras y/o sales de rehidratación oral. En una segunda etapa, se probará tolerancia con arroz decorticado y fideos de laminado fino bien cocidos, poca cantidad de pan y aceite, y purés de vegetales (como papa, batata, calabaza, zapallito) y de frutas (como manzana, pera, membrillo); clara de huevo y quesos blandos. Y por ultimo, incorporar carnes bien cocidas, yogures y leche.
Una buena recomendación, también, es evite los medicamentos antidiarreicos (sin prescripción medica), debido a que pueden empeorar la situación.
Dentro de las medidas preventivas, se incluyen:

–   Lavarse las manos antes de ingerir alimentos.

–   Lavarse las manos al salir del baño.

–   Hervir el agua durante 10 minutos antes de consumirla.

–   Consumir agua potable.

–   Mantener buenos hábitos higiénicos.