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Comer sanamente no es suficiente, sin una buena salud digestiva, poco importa la calidad de los alimentos ingeridos. El beneficio que se puede sacar de los nutrientes proporcionados por la alimentación es realmente pobre. Los sabios indios lo comprendieron bien, por eso la calidad de la digestión es la clave en medicina ayurvédica.

Conviene adentrarse hoy un poco más en este acercamiento holístico de la salud, puesto que al final vamos a ofrecer algunos consejos prácticos sacados del Ayurveda para mejorar al máximo nuestra digestión.

¿Qué es el Ayurveda?

El Ayurveda, que significa ciencia de la vida en sánscrito, es un sistema de salud originario de la India, que se remonta a más de 5000 años. El Ayurveda enseña cómo restaurar y mantener el equilibrio entre el cuerpo, el espíritu, los sentidos y la conciencia. Tratando rara vez los síntomas, el Ayurveda es una medicina de terreno, que cura suprimiendo las causas de la enfermedad y basándose en una alimentación sana para obtener este resultado.

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Según la medicina ayurvédica, la enfermedad no es otra cosa que el movimiento del cuerpo y del espíritu para buscar un mejor equilibrio. La enfermedad no puede manifestarse más que en un terreno debilitado… Para cortarle el camino, hay que fortalecer el terreno con una nutrición sana y apropiada. Cuando nuestra comida es pura, equilibrada y adaptada a las estaciones y a nuestra constitución, no es necesario la ingesta de medicamentos.

La importancia del fuego digestivo

Según el Ayurveda, no basta con proporcionar al organismo alimentos de calidad para que esté en buena salud, también es necesario que el sistema digestivo funcione perfectamente.

«Agni» es el principio del «fuego» que va a permitir la digestión… Podría corresponder al metabolismo digestivo de los occidentales, que es el principio de transformación y de separación de alimentos y que permite retirar los buenos nutrientes que van a ser utilizados para fabricar nuestro cuerpo y producir energía.

Agni se encuentra bajo diversas formas, a lo largo del tubo digestivo. También está presente en el hígado y en los diferentes tejidos donde se realizan las transformaciones metabólicas. Desde un punto de vista occidental, Agni está relacionado con la producción de jugos digestivos y de diversas enzimas digestivas, así como de diferentes movimientos en el tubo digestivo.

Cuando el fuego digestivo es demasiado débil, la comida no se convierte de forma adecuada, entonces deja un residuo tóxico de comida no digerida o parcialmente digerida, llamada «ama». Esta se deposita en las zonas de debilidad de la fisiología, se estanca y fermenta. La mayoría de las enfermedades comienzan por un fallo del fuego digestivo y la acumulación de “ama”, de ahí la importancia que atribuye el Ayurveda a la digestión, cuyo buen funcionamiento es la clave de la salud corporal.

Las reglas de oro del Ayurveda para una digestión sana

Veamos las reglas de oro de la dietética ayurvédica para una digestión sana y una asimilación óptima de los alimentos.

Comer fruta fuera de las comidas o 30 minutos antes. En efecto, la mayoría fermenta en el estomago cuando se consumen con otros alimentos, impidiendo el proceso de digestión. Consumirla sola provoca que se digiera rápidamente.

No beber agua y otras bebidas frías, y no consumir alimentos sacados directamente de la nevera para evitar ralentizar el fuego digestivo y favorecer la producción de moco. Las bebidas deben consumirse calientes o a temperatura ambiente.

Evitar consumir los restos conservados en la nevera, más allá de 24 a 36 horas después de la cocción. En todos los casos, evitar combinarlos con alimentos frescos a lo largo de un misma comida, sus componentes químicos desarrollan una incompatibilidad, perturbando la digestión.

Comer de forma tranquila, en un entorno lo más relajado posible, y masticar correctamente los alimentos, de manera a favorecer el buen proceso digestivo.

No comer bajo la influencia de una fuerte emoción o en ausencia de sensación de hambre. La energía del cuerpo en ese momento preciso no está disponible para la digestión, y puede provocar la formación de toxinas.

Tomar la comida principal a mediodía, y no en el desayuno como suelen advertir los dietistas, cuando la capacidad digestiva es mayor.

Hay que esperar a haber digerido la comida, de 3 a 6 horas, en función de cada constitución, antes de volver a comer de nuevo, para no sobrecargar el sistema digestivo.

Evitar los alimentos refinados que no aportan más que calorías vacías al organismo, obstruyen el sistema digestivo y participan en la formación de toxinas.

Evitar la carne roja y porcina, porque son grasas difíciles de digerir. Favorecer las carnes blancas y los pescados. Las legumbres y cereales integrales pueden reemplazar a las proteínas animales.

Reducir el consumo de productos estimulantes tales como el alcohol, el tabaco, el chocolate, el café, el té y las sodas.