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Es evidente que la práctica de triatlones se está extendiendo poco a poco, y ya no es algo fuera del alcance de la mayoría de personas. Aún así, hay diferentes características que lo hacen diferente a los deportes habituales, y por ello, las estrategias que empleamos en su práctica deben también atenerse a estar variaciones. Sin ir más lejos, en el apartado de la natación encontramos diferencias estratégicas que pueden resultar algo confusas a los nadadores, pero que de buen seguro pueden aumentar su rendimiento.

Lo primero que se debe evaluar es el entorno. No estamos en la seguridad de una piscina cubierta, así que hay que analizar diferentes elementos las olas de la playa abierta (o no), las mareas y el movimiento del agua, temperatura del agua, el viento y el clima general y, por supuesto, el tamaño o distancia a recorrer.

La natación en un triatlón 1A partir de esto ya tendremos una fotografía más considerable de donde vamos a desarrollar nuestras habilidades. A partir de aquí debemos tener diferentes consideraciones, por ejemplo la salida. Hay que tener muy en cuenta si se trata de una zona de agua donde podemos entrar buceando o deberemos entrar un poco caminando en el agua antes de empezar la nadada propiamente dicha.

Además podemos encontrarnos con todo tipo de superficies, como bancos de arenas, corrientes internas, profundidades muy cortas o incluso corales, piedras y todo tipo de sedimentos. Conocer bien el terreno puede hacer que nos ahorremos posteriormente muchos malos.

Estos elementos, que son fáciles de poder preparar pueden determinar fácilmente la medida en que competiremos con los demás, en el sentido de que con ellos en la mano, podemos escoger reservarnos para diferentes trayectos, o incluso realizar tramos corriendo en vez de nadando si somos malos nadadores o no sabemos nadar correctamente a poca profundidad.

Sea como fuere, el entorno se vuelve uno de los elementos más importantes, y es además, la principal diferencia que encuentran los nadadores cuando se inician en el triatlón.