Un producto natural no implica que sea de una intolerancia irreprochable. El mundo vegetal no está exento de alérgenos, sino todo lo contrario. Por otra parte, las estrellas de la cosmética Bio son los aceites esenciales, y curiosamente, casi todos contienen alérgenos.

Esto hace que estos productos sean difíciles de utilizar en las pieles sensibles y reactivas. Además de ciertos aceites esenciales que pueden ser fotosensibles, los productos Bio suelen contener alcohol, así que, cuidado con el sol.

Los tests con animales

La prohibición de testar los productos cosméticos con animales se aplica desde el año 2004 (en relación con el producto terminado, tal y como se pone a la venta). Pero, la de los ingredientes que los componen por separado, desde el año 2009.

Esto quiere decir que un producto que indica en su etiqueta que no ha sido testado con animales, tan sólo dice que es respetuoso con la regulación europea. Pero en realidad, los productos Bio no van más allá en el respeto a los animales que otro tipo de cosméticos de corte más clásico.

Cosmética Bio y cosmética clásica

Esto es algo que aún no ha sido probado. La industria Bio parte de la idea de que los vegetales utilizados en sus productos son más ricos en elementos nutritivos que aquellos que proceden de un cultivo que no lleva el sello Bio, pero nada es científicamente cierto.

La utilización de cosméticos Bio 1Los cultivos Bio no implican una mayor eficacia en la eliminación de las arrugas de la cara, por ejemplo. Los tests de eficacia son muy costosos para estas marcas que normalmente no disponen de una gran estructura industrial.

Bien es cierto que los desodorantes tradicionales siguen siendo mucho más eficaces que los que se venden con el sello Bio. Los desodorantes Bio están confeccionados con aceites esenciales que neutralizan las bacterias y perfuman la piel de manera natural. También los podemos encontrar con piedra de alumbre.

Pero, cuidado, las personas que transpiran en exceso no verán grandes resultados. Las sales de aluminio de los productos clásicos disminuyen el tamaño de los poros y por tanto el flujo del sudor. Todavía no se ha encontrado una alternativa mejor, y más eficaz.

El mismo problema se da con otras texturas. Efectivamente, las materias primas suelen ser más caras, en su versión natural. Esto hace que el precio de los productos Bio sea más elevado que el de los productos de cosmética más clásicos.