Al modular su transparencia, estas ventanas varían la cantidad de luz que penetra en una habitación. La energía absorbida no se pierde y puede ser restituida en el edificio. Procedente de un programa de investigación europeo, la idea de Fluidglass comienza a ser concretizada en un prototipo funcional.

Fluidglass es un programa de investigación europea, coordinado por la Universidad de Liechtenstein, que pone a punto un cristal adaptable capaz de recuperar la energía térmica del sol, e igualmente, modificar su transparencia.

Con este tipo de sistema, será posible regular fácilmente la temperatura en el interior de una casa, o mejor aún, en un inmueble de oficinas con fachada de cristal, e incluso eliminar completamente la calefacción y la climatización.

Los investigadores han elaborado un cristal con varias capas. Desde un punto de vista externo, dos hojas transparentes contienen un líquido absorbente del calor emitido por los rayos del sol. En su interior, dos hojas similares contienen un líquido de transparencia ajustable.

Entre estos dos sandwiches, en medio del grosor del cristal, circula un gas que garantiza el aislamiento térmico.

Edificio de cristal

Controlar la luz entrante

Este tipo de ventana garantiza por tanto dos funciones. La primera es la recuperación de una parte del calor solar, que puede ser transferido al interior del edificio. El líquido absorbe el calor solar, circula por las ventanas, y sale para dirigirse, por ejemplo, a un intercambiador de calor.

La segunda función es la regulación de la transmisión de la luz hacia el interior, por ejemplo para dejar pasar el máximo posible cuando hace frío, y el mínimo posible cuando se trata de refrescar.

Los primeros ensayos parecen satisfactorios para los equipos encargados del proyecto. Cuando hace mucho sol, una ventana puede producir hasta un kilovatio/hora.

El reemplazo de los cristales de un edificio clásico por Fluidglass podría ahorrar entre el 50 y el 70% del consumo de energía para la calefacción o la climatización. La reducción se estima entre el 20 y el 30% en edificios modernos mejor optimizados para mayores rendimientos térmicos.

Una pared transformada en pantalla táctil gigante

Con ayuda de una pintura conductora y de un sensor electromagnético, un equipo de Carnegie Mellon y Disney Research ha transformado una pared en pantalla táctil gigante, capaz de detectar no solamente los gestos, sino también la actividad de los aparatos electrónicos presentes en una habitación.

Pueden detectar los gestos de la mano, los movimientos del cuerpo e incluso vigilar el uso de aparatos en el espacio que delimitan. Estas paredes inteligentes han sido creadas por un equipo de Carnegie Mellon y Disney Research gracias a un procedimiento a la vez sencillo y poco costoso.

Para empezar, los investigadores han diseñado un motivo cruzado en forma de diamante sobre una pared, sirviéndose de un producto que se utiliza en pintura.

Después han aplicado dos capas de pintura conductora antes de retirar el adhesivo hasta obtener una plantilla de electrodos conectados entre sí a través de bandas metálicas. El conjunto va conectado a un sensor especialmente concebido, que se comunica con un ordenador.

Un proyecto asequible

Finalmente, la pared va revestida de una pintura estándar. El coste de fabricación no supera los 20 $ por metro cuadrado. El sistema se puede utilizar de dos maneras. La primera transforma la pared en pantalla táctil gigante que detecta el contacto de los dedos y de las manos cuando perturban el campo electrostático formado sobre el muro.

De esta forma es posible imaginar que el dispositivo sirva para crear interruptores o botones virtuales en cualquier lugar para controlar la iluminación o un termostato. Y si la persona está lo suficientemente cerca del muro, el sistema puede captar sus movimientos. Un gesto de la mano podría servir para encender o apagar la luz.

La segunda aplicación posible es la de utilizar la pared como antena pasiva que capta la firma electromagnética específica de cada aparato eléctrico presente en la habitación cuando está encendido. Esto permite no solamente identificar cada equipo, sino también localizarlo precisamente en el espacio.

El sistema podría servir de infraestructura domótica, por ejemplo reduciendo la iluminación cuando la luz de la televisión se detecta, o avisando al usuario cuando la lavadora o el lavavajillas han terminado su programa.