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Todos sabemos que el tabaco es dañino, que fumar afecta a la salud y que en resumen podemos decir: el tabaco mata. Sin embargo, muchas creencias erróneas estimuladas por la publicidad engañosa y por la desinformación, sabotean los esfuerzos por dejar de fumar pretendiendo que los cigarrillos no son peligrosos.
Estos son los principales mitos y realidades del hábito de fumar, el asesino silencioso.
1. La gente es libre de decidir si fuma o no.
Todos creemos que poseemos completa libertad de decisión, sin embargo, en el caso del tabaco, esta libertad queda trastornada por la publicidad y la adicción.
El dinero que los fabricantes gastan en publicidad supera ampliamente las sumas invertidas para controlar el tabaquismo. Por otra parte, la industria tabacalera se asegura de que en cada cigarrillo haya suficiente nicotina para mantener la adicción en las personas.
2. Todo el mundo sabe lo malo que es fumar.
Muchas personas saben que el tabaco no es sano, pero todavía quedan ciertos grupos desinformados, y la falta de conocimiento viene asociada con un alto índice de consumo.
En el caso de las mujeres, por ejemplo, no es demasiado conocido que fumar incrementa el riesgo de padecer cáncer cervical, osteoporosis, menopausia temprana, abortos, embarazo ectópico e infertilidad.
3. Unos pocos cigarrillos al día no hacen mal.
Algunas enfermedades, como el cáncer de pulmón, tienen relación con la dosis: a más cigarrillos fumados, mayor riesgo de padecer este tipo de tumor.
Otras enfermedades, en cambio, como las cardiovasculares, no presentan esta característica y la probabilidad de sufrirlas aumenta aun fumando pocos cigarrillos al día.
4. Los cigarrillos light son menos dañinos.
Son tan peligrosos como el resto. Esta visto que los consumidores compensan en forma inconsciente los menores niveles de nicotina fumando más cigarrillos e inhalando el humo más fuerte y profundamente, lo cual bloquea los orificios de ventilación.
5. Si se pone voluntad es fácil dejar el cigarrillo.
Es posible dejar de fumar pero no siempre es fácil. La capacidad adictiva de la nicotina se puede comparar con la de otras drogas como la heroína, la cocaína y el alcohol.
6. Los medicamentos específicos para dejar de fumar no dan resultado.
Las terapias sustitutivas de la nicotina que usan parches, chicles, comprimidos y últimamente el e-cigarette, la terapia con el antidepresivo bupropion y los nuevos tratamientos con fármacos como la vareniclina son eficaces a la hora de ayudar a cortar el consumo. La combinación de estos tratamientos con un buen programa de apoyo psicológico suele resultar efectivo.
7. Un fumador siempre será un fumador.
No es así. En Estados Unidos, más de la mitad de quienes alguna vez han fumado, ya han dejado de hacerlo.
8. Los fumadores sólo pierden un par de años de vida.
Las personas que mueren a causa del tabaco pierden alrededor de 14 años de vida. No fumar alarga la vida y aumenta los años de buena calidad de vida.
Nunca es demasiado tarde para dejar el cigarrillo: incluso las personas que lo abandonan después de haber fumado durante décadas mejoran su salud y sus expectativas de vida.
9. El tabaco del ambiente no mata.
Media hora de exposición pasiva al humo de tabaco es suficiente para que el sistema circulatorio del no fumador se comporte de manera similar al de un consumidor, de modo que aumenta su riesgo de sufrir, entre otras patologías, un trastorno cardíaco.
10. El tabaco es muy importante en la economía del país.
Los costos sociales y económicos generados a partir del consumo de tabaco son mucho mayores para el Estado que los beneficios de su comercialización.
11. El problema del tabaco ya está solucionado.
Rotundamente, no. En el mundo, unos mil trescientos millones de personas son fumadores y más de mil millones morirán de causas relacionadas con el tabaco, a no ser que se actúe urgentemente a nivel local, nacional e internacional.
12. La industria ya no se dirige a los jóvenes.
La mayor parte de los consumidores se inician entre los 12 y los 17 años. Los fabricantes de cigarrillos son conscientes de ello y, por eso, continúan dirigiéndose a los más jóvenes. La presencia del tabaco en el cine o los materiales promocionales son dos de las vías empleadas para llegar a los más jóvenes.
Fuente: The American Journal of Public Health.