Por la mañana todos tenemos prisa, y no estamos del todo despiertos. La ducha la realizamos rápido para vestirnos, aplicando a veces una crema hidratante, en el mejor de los casos. Sin embargo, existen gestos sencillos que son suficientes para aumentar el potencial de belleza, y además que no llevan demasiado tiempo al salir del baño.

Terminar por un chorro de agua fría

Puede parecer bastante duro, sobre todo por la mañana, cuando todavía no estamos totalmente despiertos. Sin embargo, este simple chorro de agua fría sobre el cuerpo después de la ducha es suficiente para liberar endorfinas, las hormonas de la felicidad. Además, el agua fría despierta, reafirma la piel, mejora la circulación sanguínea y estimula la pérdida de peso.

Secarse con paciencia

Conviene pensar que las zonas húmedas son un cultivo de microbios perfecto, que acoge bacterias y virus en los lugares que están mal secados. Conviene secar bien los espacios entre los dedos de los pies, las axilas y la ingle, si se quiere evitar que aparezcan hongos.

Higiene corporal

Secarse delicadamente

Por culpa de las prisas, todo el mundo empieza frotándose la piel con la toalla, en vez de dar pequeños golpecitos para eliminar la humedad del cuerpo. Al frotar la piel, esta termina secándose. Si el hecho de golpear la piel lleva demasiado tiempo, se puede frotar delicadamente, pero con una toalla de microfibras, que es más suave y más absorbente.

Beber un zumo de limón

Este truco de belleza no solo es válido para la ducha de la mañana. Al salir del agua, se puede beber un zumo de limón en un vaso de agua tibia, la mezcla combate la retención de agua, aumenta la vitamina C, y desintoxica el cuerpo. Hablamos por tanto del complemento perfecto para el chorro de agua fría.

Hidratar el cuerpo

El agua de la ducha suele ser dura, calcárea, y agresiva para el cuerpo. Por tanto no podemos limitar la crema corporal a los días de la exfoliación. Conviene hidratarse después de cada ducha, y si tenemos prisa, lo ideal es utilizar una crema de textura ligera y secado rápido.

Hidratar las manos y los pies

Sometidos a una dura prueba a lo largo de cada jornada, las manos terminan secándose, y los pies requieren una hidratación perfecta para mantenerse flexibles y suaves. Después de pasar la toalla, conviene masajear los pies con una crema especial, y después ponerse los calcetines.

Hidratar el rostro

Con una crema diferente, podemos hidratar cada parte del cuerpo que requiere cuidados específicos. Una crema para las manos será demasiado grasa para el rostro, mientras que una crema para el cuerpo no será suficiente. Lo ideal es escoger una fórmula adaptada a cada tipo de piel, y nunca saltarse esta etapa después de la ducha.

Aplicar una mascarilla

Durante la ducha, los poros se dilatan por el efecto del vapor. Al salir del agua están listos para ser purificados con una mascarilla suave. Se seca delicadamente la piel a través de pequeños golpes con una toalla, y luego se aplica la mascarilla. Se deja reposar, se enjuaga con agua tibia, y después se hidrata.

Mirarse en el espejo

Los psicólogos están de acuerdo en que mirarse en el espejo desnudos después de la ducha aumenta la confianza en uno mismo. Observar el cuerpo desnudo permite quitarse de encima los prejuicios sociales sobre el físico y aceptarse tal y como uno es. Y quien dice confianza, dice belleza.

No utilizar muchos productos

De nada sirve vaciar el frasco de gel de ducha o de champú para lavar mejor el cuerpo o el pelo. Aparte de que los productos de higiene, normalmente químicos, pueden agredir la piel si se utilizan en exceso.

No lavarse el pelo a diario

Así como puede ser nefasto utilizar mucha cantidad de champú, tampoco es necesario lavarse el pelo todos los días. Al contrario, un lavado demasiado frecuente corre el riesgo de dañar la fibra capilar. Un lavado o dos por semana puede ser suficiente.