El perineo es un músculo que no se ve y del que muchas personas no tienen ni siquiera conciencia. Sin embargo, juega un papel fundamental de sujeción e interviene con ocasión del acto sexual. Habitualmente, se trata de un músculo que se acciona sin darnos cuenta, o que reacciona por sí mismo.

No obstante, existen ciertas ventajas en saber controlarlo. Además, entrenar este músculo permite evitar que pierda su función, lo que podría provocar una incontinencia y un peligro para la sujeción de los órganos.

¿Qué es el perineo?

El perineo es un músculo que se esconde bajo el bajo vientre y que encierra la uretra, el ano y el órgano sexual. Participa de hecho en su funcionamiento. Por ejemplo es el que permite retener la orina y las heces gracias a la contracción de los esfínteres.

Pero su papel no se detiene aquí puesto que interviene igualmente durante el acto sexual. Es este músculo el que es posible sentir cómo se contrae y se relaja varias veces durante un orgasmo. Por lo tanto tiene una acción sobre el placer que se experimenta.

Hombre desnudo

Finalmente, el perineo también es un músculo de mantenimiento puesto que se encarga de sostener los órganos que se encuentran en el bajo vientre, es decir los intestinos, la vejiga, el recto. Sin él, todos estos órganos bajarían bajo el efecto de la gravedad y de la solicitación muscular.

¿Para qué trabajar la musculatura del perineo?

Existen varias razones para consagrar tiempo a trabajar la musculatura del perineo. Protección, prevención y placer sexual son las tres principales ventajas que se pueden sacar.

Un perineo débil es un perineo que corre el riesgo de no poder seguir ejerciendo su papel de sujeción de los órganos. En efecto, durante una actividad deportiva, o durante una acción explosiva sufre una fuerte presión. Si este músculo no está lo suficientemente fortalecido, se puede relajar y ciertos órganos pueden descender demasiado bajo. Dejan de estar en su sitio.

Algunos deportes como el tenis, el fitness o el running son nefastos para el perineo. Por tanto conviene dedicar un tiempo suficiente para tener un perineo fuerte y mantener una salud estable.

Evitar la incontinencia

Un perineo débil, por culpa del envejecimiento, por ejemplo, o que ha sido sometido a una mala práctica deportiva intensa a largo plazo, puede dejar de jugar su papel de contracción correctamente. Por tanto pierde su facultad para retener la orina, y también las heces. Se trata de un auténtico problema de incontinencia de lo que estamos hablando. Por el contrario, un perineo entrenado tendrá muchos mejores rendimientos, durante más tiempo, y podrá evitar la llegada de este tipo de preocupaciones.

El control sexual

Poca gente sabe esto, pero se puede aumentar el placer sexual gracias al perineo. Un perineo fortalecido permite una erección más rígida. Además, bien controlado ofrece la posibilidad de bloquear la llegada del orgasmo, y por tanto durar más tiempo.

Estrategias prácticas

Antes de querer trabajar la musculatura del perineo es importante conseguir situarlo. Para ello existe una técnica sencilla. Basta con ir a orinar como de costumbre y parar el flujo de la orina, de forma consciente. No es muy agradable pero permite dar una idea de el lugar de colocación del músculo. Este es el que se contrae cuando se consigue reducir el flujo de la orina.

Evidentemente, no se trata de un ejercicio que conviene repetir, sino simplemente un medio de tomar conciencia de la existencia del perineo. Una vez que se ha hecho esto, existen algunos ejercicios eficaces para trabajar la musculatura de esta parte del cuerpo.

Ejercicio de contracción

El perineo es un músculo, en cuanto tal, se puede trabajar a través de una contracción consciente. Una vez situado, basta con contraerlo durante varios segundos y luego relajarlo y volver a comenzar. La ventaja es que este ejercicio se puede practicar en cualquier parte. Nadie es capaz de darse cuenta de ello, porque no existe movimiento que se deba realizar. Además, es posible contraer el perineo en cualquier postura, tanto de pie como sentado, o incluso tumbado.

La duración de las contracciones, y de la sesión en sí misma, depende de la fuerza y de la resistencia del perineo. Más vale comenzar con contracciones cortas y descansar. Al cabo del tiempo, será necesario aumentar la duración de las contracciones, así como su intensidad.