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Se conoce con el nombre de Fangoterapia al tratamiento realizado a base de barro, arcilla o fango, un material natural, sano y terapéutico, teniendo en común las distintas terapias de fango el restablecimiento de la normal actividad de los órganos vitales.

Ya en la antigüedad, el barro lo utilizaban los griegos, romanos, árabes y otros pueblos de Oriente. Aplicándolo para tratar diversas enfermedades.

Pero con el tiempo este material natural fue dejado de lado por el hombre y después de muchos años vuelve a imponerse dentro de las llamadas medicinas alternativas.

En Alemania, Norteamérica, Suiza, Austria y otros países existen en la actualidad centros de salud especializados y dotados de todos los elementos y la tecnología moderna para aplicar la Fangoterapia.

Fangoterapia, sus beneficios para la salud y la belleza 1El fango está compuesto básicamente por minerales que se encuentran en la tierra y en el agua, como hierro, magnesio, azufre, zinc, manganeso y cobre, además de oligoelementos y minerales geológicos como silicatos, cuarzo y mica y también de restos fósiles de animales y plantas que son llevados a la superficie por las aguas dándole conformación.

Por otra parte, el fango se libera de todo tipo de contaminación cuando el agua se evapora, de esta forma se logra que su riqueza se conserve intacta y se vuelva más concentrado y activo, maximizando todas sus aptitudes curativas.

El barro posee propiedades curativas que son capaces de extraer tanto del interior como del exterior del organismo todas aquellas impurezas que lo están perjudicando. Pudiendo proceder tanto de lugares volcánicos, como de terrenos que se encuentren cerca de manantiales de aguas minerales o terrenos profundos y de grutas.

Las propiedades curativas del fango dependen de las sustancias contenidas en las capas profundas de la tierra. Sin embargo, también hay arcillas superficiales que son de excelente calidad siempre que se encuentren libres de agentes contaminantes. No debiendo usarse la arcilla o fango que se encuentra en lugares de cultivos tratados con abonos químicos y pesticidas.

El barro tiene un gran poder de absorción, por ello en muchos lugares se lo utiliza para tratar las mordeduras o picaduras de serpientes y escorpiones, ya que al aplicarse el barro sobre la herida penetran en ella sustancias que eliminan las toxinas y venenos, además de revitalizar los tejidos enfermos, descongestionar y normalizar la circulación sanguínea.

El barro tiene propiedades refrescantes, antiinflamatorias, cicatrizantes, además de ser calmante y absorbente.

Para utilizar el fango con fines terapéuticos se le agregan activadores, que son soluciones líquidas que potencian los efectos naturales de éste.

Entre los activadores más utilizados encontramos:

  • El activador humectante y tonificante: Es el que contiene aceite de rosas, propilenglicol, glicerina y extracto de hamamelis que tonifica, suaviza y humecta la piel.
  • El activador aclarante de máculas: Una solución que posee peróxido de hidrógeno, ácido glicólico y aceite de rosas, su acción es la de reducir los signos de envejecimiento. Además de ser aclarante ya que elimina las manchas causadas por el exceso de sol y la vejez. También es un exfoliante natural que actúa arrastrando las células muertas.
  • El activador antiseborreico y depurativo: Compuesto por extracto de malva, alcanfor, ácido bórico y aceite de rosas. Purifica, desintoxica y limpia la piel de impurezas.

Debido a sus propiedades curativas, el fango es recomendado para ciertas enfermedades como el reumatismo articular y el deformante, inflamación de las articulaciones, gota, dolores musculares, nerviosos, úlceras, abscesos, fístulas, lumbago, artritis, dolores de cabeza, heridas y cortes, herpes, inflamaciones linfáticas, quemaduras y torceduras.

También la Fangoterapia puede utilizarse para tratar ciertas afecciones estéticas como el envejecimiento precoz, piel seca y deshidratada, flacidez en el busto y es muy eficaz para realizar tratamientos de drenaje linfático y pérdida de cabello.

Generalmente, los tratamientos con fango se realizan en forma de mascarillas o aplicaciones faciales. En el caso de utilizarse para tratamientos como las patologías crónicas reumáticas se lo coloca una vez al día de forma oclusiva y con temperaturas que van entre los 35 y 38 ºC, para lograr una vasodilatación local que ayude a la absorción de los minerales.

Según demuestra la experiencia, la Fangoterapia no posee grandes contradicciones, salvo que no se debe utilizar en heridas abiertas ni fangos muy calientes en procesos agudos. Con relación a las arcillas o barros a utilizar, en la actualidad los más habituales son la kaolita o blanca, la roja y la verde.

A diferencia de las otras terapias naturales, que tienden a ser más o menos caras, la sesión de fangoterapia se caracteriza por ser menos costosa, por ello resulta accesible a un mayor número de personas que desean hacer un tratamiento.