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El Sumo, o Sumó, es un tipo de lucha libre de origen japonés y que se realiza entre dos luchadores (rikishi), que se enfrentan en una superficie circular de 4,55 m. de diámetro. Este arte marcial, además de los aspectos combativos, tiene una serie de ceremoniales o rituales, previos y posteriores a la lucha en sí que son tradicionales desde hace más de 2000 años.

Con el paso de los siglos sus prácticas no han sufrido cambios sustanciales, solo algunas ligeras adaptaciones que no modificaron su esencia. Lejos de perder popularidad con el correr del tiempo se ha fortalecido en su demanda, trascendiendo las fronteras de Japón, al punto de ya contarse con grandes campeones de las categorías máximas que no son locales.

Sumo, una práctica que vuelve a tener vigenciaSu reglas del Sumo son bastante simples o básicas, si las comparamos con otras artes marciales y cualquiera puede ser aspirante a luchador en tanto cumpla con algunos requisitos al iniciarse como el hecho de que no puede superarse los 23 años de edad, ni tener menos de 1,73 m. de altura y 75 kg. de peso y aprobada su aspiración se lo traslada durante seis meses al Estádium Ryogoku Kokugikan en Tokio.

Ya en el Estadio el deportista es sometido a un entrenamiento riguroso que incluye una dieta para ganar bastante peso y mantenerlo, ya que lo fundamental es tener mucha masa corporal que se traduzca posteriormente en fuerza para que rápidamente se pueda resolver la contienda.

También, son instruidos en ese período sobre la historia del Sumo, medicina deportiva, conocimientos generales, caligrafía y hasta poesía antigua.

Sus reglas para definir el resultado de la lucha son simples y consisten en:

  • El primero que toque el suelo con cualquier parte del cuerpo que no sea los pies, queda eliminado.
  • El luchador que sea expulso fuera del círculo (aunque no sea completamente), también queda eliminado.
  • Si un luchador utiliza una técnica ilegal o kinjite, como golpes, estrangulaciones, o luxaciones articulares, y otras; queda eliminado por descalificación.
  • Si alguno de los dos queda desprovistos de su “mawashi”, especie de calzón que se usa en la contienda, perderá la lucha.

La popularidad del Sumo fue creciendo con el tiempo y lo que parecía ser un deporte en el que todos los títulos siempre serían gandos por el Japón ya en 1972 el hawaiano Takamiyama se convertía en el primer extranjero en conseguir alzar la Copa del Emperador el trofeo al ganador de la máxima división.

En 1987 Konishiki (también hawaiano) se convertía en el primer Ozeki de la historia, y finalmente en 1993 el también hawaiano Akebono alcanzaba el título de Yokozuna, el grado más alto en el mundo del Sumo, siendo de esta forma el primer no japonés en conseguirlo en toda la larga historia de este deporte.

Desde entonces, otros tres extranjeros, Musashimaru (Hawai), Asashoryu (Mongolia) y Hakuho (Mongolia) han conseguido llegar a lo más alto del sumo, siendo este último el único Yokozuna existente en la actualidad.

El Sumo ha logrado traspasar las fronteras de Japón y hoy se practica en muchos lugares del mundo volviendo a tener vigencia y numerosos seguidores.