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La región más famosa de Rumania, Transilvania es un destino turístico sumamente interesante por su rica historia, cultura, paisajes y por ser la tierra del mítico Drácula.

Si estas pensando en un destino diferente para tus próximas vacaciones, hoy desde Punto Fape compartimos los mejores lugares para visitar en Transilvania, la tierra del conde Drácula con sus paisajes mágicos y de película.

Visitar Transilvania, la tierra de Drácula 1

Dónde está Transilvania

Transilvania, considerada como la zona más misteriosa de Rumania, está ubicada a solo dos horas en coche de Bucares. Rodeada por los montes Cárpatos, Transilvania tiene una magia especial perfilado por abruptas montañas que conviven con profundos valles, bosques y extensas carreteras.

Transilvania, historia y leyendas

En Transilvania conviven desde hace siglos su rica historia y las leyendas que aún hoy en pleno siglo XXI siguen siendo tema de conversación por ser la tierra del “príncipe de las tinieblas” Vlad III de Valaquia, popularmente conocido como Drácula.

Según la leyenda Drácula era un hombre cruel, aterrador y temible, todo esto por supuesto gracias a la pluma del escritor Bram Stoker, quien convirtió su historia en un mito y hace que esta región de Rumania tenga tantos matices interesantes para una viajero curioso.

Transilvania, tras las huellas de Drácula

Bucarest, la bulliciosa capital rumana es el punto de partida para llegar a Transilvania y conocer los lugares donde, según la leyenda, habitó Drácula el histórico personaje en el que Stoker se inspiró para crear a su famoso vampiro.

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Nada mejor para conocer parte de esta fantástica historia que visitar el Museo Nacional de Historia donde está el retrato de Vlad Tepes también conocido como Vlad Dracul “el Empalador”.

Vlad Dracul, es un señor feudal del siglo XV, un despiadado tirano que empalaba, torturaba y decapitaba a sus víctimas. También, un recorrido por el vijo barrio de Curtea Veche el visitante podrá contemplar los restos del Palacio que este personaje mandó construir y donde se cuenta que mantenía a sus prisioneros.

Brasov, el “Bosque de Estacas” es una ciudad donde abundan las fachadas barrocas, los cafés con aires bohemios, siendo punto de reunión la plaza de Sfatului, donde las terrazas invitan a hacer un descanso y admira la Iglesia Negra.

Desde Brasov es posible recorrer toda la región de Transilvania, situada muy cerca de los montes Bucegi y de las poblaciones de Rasnov y Sinania, una ciudad animada pero que recuerda su oscuro pasado lugar donde se desarrolló una de las mayores y más sangrientas masacres perpetradas por Vlad Dracul.

Así a fines de 1450, Vlad llegó a Bran e hizo empalar a todo aquél que se negase a pagarle un tributo o comerciar con él y convirtió Brasov en un lugar terrorífico. Aquí se puede visitar el famoso Castillo de Bran, en el que según dicen, Bram Stoker, escritor de la novela Drácula se inspiró para describir el hogar de su célebre vampiro.

Este castillo es un emplazamiento militar construido en el siglo XII sobre una colina y en la actualidad es la fortaleza más visitada de Transilvania. Un sitio pequeño que se llena de turistas que visitan sus tiendas de souvenirs donde abundan los crucifijos y pequeños vampiros fabricados en madera.

Visita a Sighisoara

Pero para aquellos que quieren realmente conocer toda la historia de Drácula deben visitar la pintoresca ciudad de Sighisoara, ubicada a hora y media en coche desde Brasov. Se trata de una villa medieval repleta de coloridas casas y empinadas calles empedradas, declarada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Fué en esta villa donde se encuentra el monumento más famoso de Sighisoara, la casa de Drácula, un sitio encantador rodeada de tiendas de artesanos y viejos anticuarios. Hoy este edificio se ha convertido en un restaurante y tras un almuerzo es posible recorrer la ciudad y descubrir sus monumentos más famosos como la Torre del Reloj.

Sibiu

Más allá del “Conde Drácula” una última parada debe ser la ciudad de Sibiu, con un casco antiguo espectacular conde está la plaza Mayor, presidida por la torre del Consistorio y alrededor viviendas con peculiares ventanas con forma de ojos que adornan las pequeñas buhardillas.

Calzadas de adoquines que llevan a diversas galerías de arte donde abundan los grandes portones de madera y fachadas que amenizan el paseo por la última ciudad de las tierras del Conde Drácula.