La crioterapia es una terapia wellness que consiste en difundir frío seco, con la ayuda de chorros de azote líquido, sobre el conjunto del cuerpo. Existen dos tipos de técnicas, la crioterapia en cámara fría, reservada a los deportistas de alto nivel, y la crioterapia en cabina, donde el cuerpo entero, salvo la cabeza, se coloca en una criosauna.

La temperatura en el interior de la cabina es de -150º C, y esta puede diferir en función de los centros de crioterapia y de las necesidades, pero la temperatura del cuerpo se mantiene estable.

Diferencia entre crioterapia y criolipolisis

La criolipolisis permite eliminar la grasa localizada a través del frío. Una máquina provista con aplicadores aspiran la zona que se va a tratar y difunden un frío de -11º C durante 35 minutos, lo que provoca la muerte de las células grasas.

La crioterapia se dirige a tres perfiles de personas diferentes:

Los deportistas de alto nivel; las personas afectadas de enfermedades o patologías diversas como la fibromalgia, esclerosis en placas, artrosis, migrañas, traumatismos, tendinitis; las personas que sufren estrés o problemas de sueño.

Terapia frío

Los beneficios de la crioterapia

El frío es analgésico y posee virtudes antiinflamatorias, por tanto ayuda a aliviar los dolores relacionados con una patología o con la práctica de una actividad física como la tendinitis, bloqueo muscular, hematoma, etcétera.

La crioterapia trabaja el sistema inmunitario y favorece la secreción de endorfinas, lo que permite obtener una preparación y una recuperación óptima antes y después de una competición deportiva o de un maratón, por ejemplo.

Gracias a su acción sobre el sistema nervioso, permite tratar los problemas relacionados con el sueño, reducir el cansancio y el estrés. También es muy apreciada por su eficacia adelgazante. En efecto, el cuerpo saca la energía de la grasa para combatir el frío, y quema más calorías de paso.

Finalmente, la acción drenante del frío permite aliviar los calambres y agujetas.

Crioterapia y celulitis

La crioterapia permite fundamentalmente eliminar las toxinas gracias al drenaje que conlleva, pero no elimina la piel de naranja o la grasa subcutánea.

Durante la primera visita al terapeuta se establece un balance de salud para determinar los objetivos de las sesiones e identificar posibles contraindicaciones. Después llega el momento de entrar en la cabina. Tras colocar unos calcetines gruesos y unos guantes para proteger las extremidades, se entra en la criosauna en ropa interior, y la persona permanece durante 3 minutos como máximo.

Al salir hay que calentarse y justo después vestirse puesto que el frío seco no moja.

Optimizar una sesión de crioterapia

Si el objetivo está en la pérdida de peso, debemos combinar la crioterapia con una actividad deportiva y una alimentación equilibrada. También es posible optar por cuidados de ultrasonido y masajes adelgazantes.

Si el objetivo es reducir el dolor, las sesiones deben ser prescritas por un osteópata o un terapeuta especializado.

Existen contraindicaciones a la hora de practicar crioterapia todos los días. Lo ideal es comenzar con una sesión semanal e ir aumentando la frecuencia, si fuera necesario.

Con la crioterapia no se experimenta ninguna sensación de falta de aire, cosa que sí puede ocurrir cuando nos metemos en agua helada.

La crioterapia no está aconsejada en personas afectadas por enfermedades cardiovasculares y problemas de circulación. Normalmente este tipo de sesiones se realiza en centros de crioterapia, institutos de belleza, y en ciertos centros de talasoterapia.